Es cierto que la deshonestidad, el engaño y la corrupción afectan a todos los países, tanto al nivel individual como social.
No hay país que no se vea afectado por los costos de la corrupción. De hecho, la corrupción es un problema que cuesta anualmente 2,6 trillones de dólares en todo el mundo.
Teniendo esto en mente, es interesante conocer la multitud de tácticas diferentes usadas para legislar o para poner en funcionamiento tecnología para la detección de mentiras.
El polígrafo en Australia
En Australia la ley limita el uso del polígrafo. Por ejemplo, Nueva Gales del Sur (NGS) tiene estrictas leyes en cuanto al uso del polígrafo, y la ley del detector de mentiras de 1983 prohíbe o restringe su uso en situaciones específicas.
Los empleados de NGS están protegidos y no pueden ser sometidos a pruebas con detector de mentiras. En otros estados australianos, los empleadores pueden administrar la prueba si el empleado ha dado su consentimiento, y sólo se recomienda si ha habido un acto específico de engaño y hay causas razonables para creer que el empleado podría ser el culpable.
El polígrafo en Canadá
En Canadá, los empleados no pueden ser sometidos a pruebas poligráficas por ninguna razón. Y no se les puede pedir que se sometan a una prueba.
Ed Canning, abogado del empleo, declaró: “la ley de normas del empleo de Ontario prohíbe que cualquiera que esté regido por esta ley requiera, solicite, habilite o influya, directa o indirectamente, a un empleado para que tome una prueba de detección de mentiras”. Entre las consecuencias de violar esta ley están el tener que remunerar al empleado por haberle hecho tal requerimiento.
Precisión de las pruebas poligráficas
La tecnología del polígrafo ha existido por décadas. El polígrafo computarizado entró al mercado en 1991. Bajo las circunstancias correctas y con un examinador diestro, el polígrafo puede ser altamente preciso en la detección del engaño. El mejor caso de uso es la interrogación sobre un solo tema.
Lamentablemente, incluye algunos de los retos siguientes:
- Las interacciones previas a la prueba entre el examinador y el sujeto pueden afectar el resultado.
- El examinador tiene que confiar en interpretaciones subjetivas de las medidas.
- Algunos individuos culpables han logrado engañar al examinador.
- Personas inocentes que reaccionan pobremente a las preguntas pueden ser clasificadas como engañosas.
- Con capacitación especializada, individuos engañosos han usado contra-medidas para pasar la prueba.