Kiko Matamoros eligió el pasado domingo la prueba de Poligrafo, el medio más rápido y eficaz para demostrar la verdad, para confesar algunos de los episodios más duros de su vida.

Realizó el Polígrafo más complicado de su carrera, para contestar a preguntas relacionadas con su ex mujer Makoke, situaciones vividas mientras estaban casados y cuestiones de su vida más personal.

Confesó que es cocainómano desde los 15 años, y cree no tener ningún problema de adicción y poder dejarlo cuando quiera ya que afirmó que la cocaína no ha condicionado su vida, aunque si sus relaciones.

Confesó que solo en tres momentos puntuales, a lo largo de su vida, se ha llegado a plantar el dejar su adicción, cuando comenzó con la madre de sus hijos mayores, Mariam Flores; en el momento en que nació su hija Anita, llegando a estar durante un año sin consumir, y desde que comenzó su relación con su actual novia, Marta López.

A pesar de dejar de consumir largas temporadas, aseguró que su adicción le ha llevado a sufrir complicados episodios desde el punto de vista legal, llegando a poner su vida en peligro en varias ocasiones.

A pesar de ello, confesó, y la Prueba del Polígrafo confirmó que decía la verdad, que no había dejado de consumir desde los quince años, llegando a bromear que dentro de un año celebraría las bodas de oro.

Pero el tema que ha tenido en vilo a la audiencia, desde que se filtraron alguna de las preguntas, es el supuesto envenenamiento que pudo ser víctima y que conoció tiempo después, diciendo que habían dado tan poco valor a su vida, como ofrecer 6.000 € por cometer dicha fechoría.

En el Poli Deluxe Kiko, manifestó, siendo verdad, que la vida que lleva la conoce todo el mundo, que carece de antecedentes penales y que su ficha policía está vacía.