Todas las personas mienten varias veces al día. A veces creen que con buenas intenciones para no lastimar a alguien o para evitar enredos sociales. Las típicas «mentiras piadosas». 

Sin embargo, la mentira es siempre mentira. Faltar a la verdad puede provocar temibles y dañosas consecuencias. 

Actitudes de una persona mentirosa

Hay varias formas de detectar a un mentiroso, desde la manera en que la persona camina, su reacción ante una noticia o su lenguaje no verbal, conocido con el término de Kinesia.

Las señales para detectar a un mentiroso, siempre están a la vista. Lo único que hay que hacer es saber cómo reconocerlas. 

No es necesario ser un interrogador de primera línea para darse cuenta de lo que está pasando dentro de la cabeza de una persona. Conocer características intrínsecas de la persona lleva a que un profesional pueda detectar cuándo está diciendo lo contrario de lo que sabe o conoce; es decir, faltando a la verdad.

Ciertas muecas, cambios de posición, cruces de brazos o tocarse el cuello pueden ser hábitos regulares en ciertas personas y señales de mentira en otros.

Estas mismas acciones que en algunos son inocuas pueden ser indicadores de mentira, enojo y nervios en otros. Las personas que hemos convertido estos conocimientos en nuestra profesión, nos sirven tanto para la vida en pareja como para cualquier tipo de circunstancia del día a día.

Detectar mentiras a través de la Prueba del Polígrafo

La Prueba de Polígrafo ya ofrece una clara perspectiva de cómo funciona el cerebro de la persona.

Concentrarse en palabras determinadas es una habilidad muy ventajosa. La mayoría de las veces, se cumple el dicho “por la boca muere el pez” y en el interrogatorio previo sobre un caso concreto, la persona interrogada desvela la verdad.

Una particularidad muy importante para detectar las mentiras es aprender a leer la personalidad de alguien a través del tiempo, para entender cuáles son sus pasiones y motivaciones y cómo se maneja en situaciones de presión y estrés.